Cuaderno de Cultura Científica: ¿Qué le debemos a la ciencia del Romanticismo? | |
- ¿Qué le debemos a la ciencia del Romanticismo?
- De la aberración estelar
- Me fío, o no, de Wikipedia
- La cronología de la desaparición de los neandertales
- Mosquitos transgénicos
¿Qué le debemos a la ciencia del Romanticismo? Posted: 26 Aug 2014 08:00 AM PDT Ana Ribera He estado leyendo un libro maravilloso. Uno de esos libros con los que he aprendido, disfrutado, pensado, emocionado, horrorizado, reflexionado, sonreído y al terminar he dicho: quiero más. He leído "La edad de los prodigios. Terror y belleza en la ciencia del Romanticismo" de Richard Holmes, asombrada por mi propia ignorancia sobre un montón de cosas pero también fascinada al descubrir la curiosidad inmensa y nunca saciada de los personajes que aparecen en el libro y que creo que nosotros, en nuestra época, hemos perdido completamente. ¿Cuando fue la última vez que escuchamos la palabra prodigio? A los científicos de finales del siglo XVIII y principios del XIX (término acuñado justo en esa época) les debemos el concepto de ciencia accesible, una ciencia practicada para llegar a todo el mundo. No sólo a un reducido grupo de eruditos que compartían sus hallazgos y teorías en latín. Con el romanticismo llegó la ciencia aplicada a la vida diaria, a mejoras que salvaron las vidas de miles de personas como por ejemplo las de los mineros que dejaron de estar indefensos ante las fugas de grisú y sus descontroladas explosiones gracias a la lámpara de seguridad creada por Humphry Davy. En el romanticismo aparecieron ideas y conceptos que hoy en día seguimos teniendo presentes y que Holmes señala en el prólogo para hacernos entender la importancia de aquella época y como las vidas de los científicos que tan amenamente nos cuenta repercuten en nuestra vida diaria aunque no nos demos cuenta. Del romanticismo hemos heredado "la deslumbrante idea del "genio" científico solitario, imprudente, en su búsqueda del conocimiento como fin en sí mismo y puede que a cualquier precio". Las vidas de Mungo Park con su misteriosa desaparición en África o la de Humphry Davy dedicado en cuerpo y alma a sus investigaciones o la inmortal obra de ficción de Mary Shelley con el mito de Frankenstein creado por una sola mente "genial" están en el origen de toda esa imaginería de científico loco y solitario que creemos que ha sido creada por el cine o la televisión. Unida a esta imagen, encontramos también el concepto "eureka" ese momento mágico en el que el científico tiene un instante de lucidez brillante, un flechazo intelectual que le hace descubrir de manera súbita la solución a un problema. En el Romanticismo este momento se aliaba con la inspiración poética y la creatividad. Es curioso como en aquella época no parecía existir la famosa brecha entre "ciencias" y "letras" en la que vivimos actualmente y los más destacados científicos,químicos, astrónomos y físicos, encontraban en la poesía y otras formas de literatura un vehículo perfecto para pensar en sus descubrimientos de otra manera, para compartirlos o para intentar encajarlos en su visión general de la vida. Del mismo modo, los mayores poetas de la época sentían una fascinación enorme por las investigaciones de los científicos, no sólo por los descubrimientos sino también por los trabajos de laboratorio, las exploraciones y las observaciones astronómicas. Era un flujo de relaciones en ambos sentidos que enriquecía todos los campos y que lamentablemente hemos perdido (casi) completamente. La Naturaleza. Nos hemos acostumbrado tanto a ella que vivimos sin mirarla y cuando nos fijamos en ella casi siempre es para quejarnos. Vivimos creyendo que podemos controlar la Naturaleza, que hemos "avanzado" tanto que no hay nada misterioso en ella y que está al servicio del hombre. Cuando nos sorprende, casi siempre por alguna desgracia de la que somos más culpables que víctimas aunque sólo sea por imprudencia, nos impresiona darnos cuenta de su poder y magnificencia. En el Romanticismo "existía la creencia generalizada en una naturaleza misteriosa, infinita, que esperaba a ser descubierta o seducida para revelar todos sus secretos". James Cook da la vuelta al mundo en el Endeavour y en su viaje le acompaña Joseph Banks que deja un diario en el que escribe cada maravilla que contempla, cada sorpresa que se encuentra; es el primer europeo que contempla el surf y queda fascinado por la visión de unos cuantos tahitianos cabalgando unas "olas pavorosas". Al mismo tiempo que hemos dejado de mirar la Naturaleza estamos tan acostumbrados a verla que nada nos sorprende. Nos subimos a un avión por primera vez y nos sorprende más la comida en miniatura y el poder ver una película que la increíble y maravillosa visión de la Tierra desde el aire… En el Romanticismo, se elevan por los cielos de Europa los primeros globos aerostáticos. "El mundo entero se había transformado en un mapa o alfombra de bellos colores." Nosotros, acostumbrados a los aviones, a los cohetes, a los drones somos incapaces de imaginar la emoción de los primeros viajeros del aire al contemplar los caminos, los montes y sus ciudades desde el aire.
Durante el Romanticismo y al tratar de conseguir una ciencia "pura y desinteresada" sugirieron varias controversias en las que seguimos inmersos en el siglo XXI: ¿Sería la ciencia un instrumento del Estado por sus posibles aplicaciones en la guerra? ¿Había que compartir los descubrimientos con científicos de otro país que era rival o posible rival en una guerra? ¿Conseguiría la ciencia cuadrar los nuevos descubrimientos y teorías sobre el Universo, su edad, su extensión y su composición con la religión? ¿Era posible reconciliar la idea de un Creador divino con las nuevas ideas? Comunicar la ciencia es un concepto que también hemos heredado de aquellos hombres de pelucas empolvadas que daban conferencias multitudinarias para exponer sus descubrimientos. La ciencia romántica, al contrario que la ciencia de la época de la Ilustración que se transmitía en latín y sólo a un reducido círculo de sabios, "tenía un nuevo compromiso: el de explicar, educar y comunicar al gran público. Esta fue la primera gran época de las conferencias científicas públicas, de las demostraciones del trabajo en los laboratorios y de los libros divulgativos, a menudo escritos por mujeres. Fue la época en la que comenzó a enseñarse ciencia a los niños y en la que el "método experimental" se convirtió en la base de una nueva filosofía de vida, de carácter laico, de acuerdo con la cual los prodigios infinitos de la creación (fueran divinos o no) se apreciaban cada vez más." Confieso que esto es un poco descorazonador, 200 años después, dos siglos después de que comenzara a llevarse a la ciencia al gran público estamos casi en la misma situación que entonces o incluso peor. Vivimos en una época en que la ciencia o bien se ignora, o se percibe como algo lejano o incluso peor se escuchan opiniones que la consideran algo peligroso y la acusan de estar al servicio de los intereses más oscuros que podamos imaginar. ¿Qué hacemos? Señala Holmes en el prólogo del libro que con su obra "aspira a mostrar la pasión científica, gran parte de la cual se resume en una palabra infantil, pero infinitamente compleja: prodigio. (…) Los prodigios pasan por diversas fases, y evolucionan con la época y el conocimiento; pero conservan una chispa y una espontaneidad irreductibles". Debemos recuperar la capacidad para ver los prodigios que nos rodean. Los prodigios que ya entendemos y que no por eso debemos dejar de admirar y apreciar y también los prodigios que se mantienen misteriosos y aparentemente inalcanzables. Tenemos que darnos cuenta de que gracias a la ciencia hemos desentrañado prodigios alucinantes como llegar a la Luna o enviar a las sondas Voyager pero también gracias a la ciencia tenemos luz en nuestras casas, internet, y no morimos de una infección de muelas, un parto o una apendicitis. (La descripción que aparece en el libro de una masectomía sin anestesia hace que caigas de rodillas al suelo dando gracias por semejante descubrimiento). Deberíamos ser capaces de volver a emocionar a la sociedad con los descubrimientos científicos como lo hacían en el siglo XVIII cuando multitudes se congregaban para ver los vuelos de los primeros globos, se vendían miles de ejemplares de los diarios de viajes de los grandes descubrimientos y las conferencias eran actos multitudinarios (A ver, todo con moderación…se que gran parte de la población permanecía ajena a esas cosas pero había una especie de "expectación social" hacia la ciencia). Tenemos los medios, la audiencia y tenemos la ciencia para comunicar…como explica Holmes, a lo mejor lo que necesitamos un modo nuevo de presentar y explorar la ciencia.
"De forma más imaginativa", creo que ese es el quid de la cuestión. No se trata de infantilizar, ni convertir la ciencia en un parque temático o un pasatiempo, se trata de contarla para que enganche, para que cree adicción, para que brille y provoque curiosidad y deseo de aprender y de seguir preguntandos cosas. El libro de Holmes es un magnífico ejemplo de ello: es ameno, interesante, instructivo, emocionante y engancha.
Holmes lo explica mucho mejor que yo y por eso hay que correr a leer su libro, devorarlo y recomendarlo a todo el mundo. Sobre la autora: Ana Ribera (Molinos), historiadora con 14 años de experiencia en el mundo de la televisión. Autora de los blogs: Cosas que (me) pasan y Pisando Charcos The post ¿Qué le debemos a la ciencia del Romanticismo? appeared first on Cuaderno de Cultura Científica. |
Posted: 26 Aug 2014 02:59 AM PDT El descubrimiento de la aberración estelar fue el argumento definitivo para derrotar la teoría geocéntrica, reivindicando a Galileo, y su estudio estableció la constancia de la velocidad de la luz y su primera determinación precisa, además de aumentar la precisión de la astronomía posicional. Dado que un observador en la Tierra la considera como marco de referencia fijo mientras se mueve a través de la trayectoria de los rayos de luz que provienen de una estrella, la posición observada de la estrella es diferente de su posición real. Esta diferencia, conocida como aberración estelar, depende tanto de la velocidad del observador en la Tierra como de la velocidad de la luz. Hoy sabemos que la desviación máxima debida a que la Tierra se mueve en su órbita es de 20,47 segundos de arco. La rotación produce un efecto similar, solo que mucho menor. James Bradley, el tercer Astrónomo Real inglés, descubrió la aberración estelar accidentalmente. Lo que él estaba buscando realmente eran pruebas de la existencia de la paralaje estelar (véase Galileo vs. Iglesia Católica redux (II): Perspectivas), un concepto en el corazón del modelo heliocéntrico del Sistema Solar. Como el diámetro de la órbita de la Tierra es de unos 300 millones de kilómetros, las estrellas cercanas deberían cambiar su posición aparente respecto a las estrellas más lejanas conforme la Tierra recorre su órbita. Robert Hooke en Londres y Jacques Cassini en París intentaron medir los ángulos de paralaje sin demasiado éxito. Bradley y su amigo Samuel Molyneux decidieron comprobar las observaciones realizadas por Hooke en 1669 de la estrella Eltanin (gamma-Draconis), sobre la vertical de la latitud de Londres. Los telescopios de la época eran largos, aparatosos y presentaban el problema de la flexión de sus tubos. Molyneux encargó a George Graham que le construyese un telescopio refractor vertical especial, de 24 pies (7,3 m) de longitud, con el que podría observar Eltanin una vez al día. Las observaciones de la estrella en el cénit tenía la ventaja adicional de no tener que corregir por la refracción de la atmósfera. Bradley y Molyneux observaron desviaciones en la posición de la estrella pero no las que cabía esperar por la paralaje. Las posiciones de otras estrellas en la vertical también se desviaban de la misma manera que Eltanin. Tras descartar la posibilidad de que el eje de la Tierra pudiese estar cambiando de dirección, la solución al problema se le ocurrió a Bradley mientras navegaba en un pequeño barco de vela por el río Támesis. Se dio cuenta de que, cuando el barco invertía el sentido de la marcha, la pequeña bandera en la punta del mástil cambiaba la dirección en la que ondeaba, a pesar de que el viento no había cambiado; lo único que había cambiado era el sentido y velocidad del barco. Bradley calculó las consecuencias del sentido y velocidad de la Tierra en su órbita combinados con la asunción de una velocidad constante de la luz procedente de la estrella para la posición aparente observada desde la Tierra. Llegó a la conclusión de que el fenómeno se reducía al vector suma de las velocidades de la luz proveniente de la estrella y la de la Tierra. Sus cálculos cuadraban con sus observaciones. Anunció su resultado a la Royal Society en enero de 1729. La aberración estelar confirmaba la cosmología heliocéntrica de forma espectacular, lo que ayudó al papa Benedicto XIV, uno de los papas más científicos que se recuerdan, a eliminar las obras de Copérnico del "Índice de libros prohibidos" en 1758. Otra eliminación, la del efecto de la aberración estelar en las posiciones registradas de las estrellas, mejoró sustancialmente la astronomía posicional. El hecho de que la aberración de todas las estrellas en una dirección específica tuviese el mismo valor, independientemente de su brillo (y, por tanto, de las distancias) indicaba que la velocidad de la luz era constante (como había supuesto Bradley en sus cálculos). Bradley calculó que la luz del Sol necesitaba 8,2 minutos en llegar a la Tierra, alrededor de 0,1 minutos menos que el valor aceptado hoy día. Por otra parte, estos resultados demostraban que la tan buscada medida de la paralaje estelar era imposible con la precisión de los instrumentos de la época, ya que debía ser menor a un segundo de arco. Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance The post De la aberración estelar appeared first on Cuaderno de Cultura Científica. |
Posted: 25 Aug 2014 07:59 AM PDT Wikipedia, según Wikipedia, es "una enciclopedia libre, políglota y editada colaborativamente". Contiene, en una cifra que aumenta cada día, 37 millones de artículos en 284 idiomas, redactados por voluntarios de todo el mundo en una labor que comenzó en 2001. En la actualidad es la obra de consulta más popular y utilizada de internet. Todo lo que he escrito hasta ahora está tomado de Wikipedia pues, cuando en Google pongo Wikipedia, lo primero que sale es Wikipedia. Es más, cuando escribí este artículo, el 28 de julio de 2014, obtuve un total de 881.000.000 de resultados sobre Wikipedia en Google cuando inicié la búsqueda con el término Wikipedia. Pero en el propio texto Wikipedia en Wikipedia hay un apartado titulado "Críticas" que, a su vez, se divide en tres parágrafos: "Falta de referencias y contenidos", "Errores y vandalismo" y "Manipulaciones y sesgo". En resumen, la pregunta, que también se hacen en Wikipedia, es ¿nos podemos fiar de Wikipedia? Ya se han publicado algunos trabajos que intentan responder a esta pregunta. Hace unas semanas, Jingyu Han y Kejia Chen, de la Universidad de Nanjing de Correos y Telecomunicaciones, en China, nos muestran un algoritmo que clasifica automáticamente la calidad de las entradas de Wikipedia. Por lo que cuentan Han y Chen, algo parecido se hace para clasificar los correos electrónicos como spam. Clasifican cada entrada según su precisión, exhaustividad, coherencia y concreción y, a partir de esta evaluación, predicen la calidad de los textos de Wikipedia. Comparan sus resultados con la evaluación de los mismos textos por evaluadores externos. Constatan que su algoritmo supera hasta en un 26% la labor de esos evaluadores sobre la calidad de las entradas de Wikipedia. Pero, como nos cuentan M. Dylan Bould y sus colegas, de la Universidad de Ottawa, en Canadá, resulta que Wikipedia es el recurso más utilizado para hacer consultas sobre salud, un asunto más concreto y más cercano a mi formación e intereses. Es, por tanto, importante averiguar cuánto de fiar es Wikipedia y conocer, en general, cómo se usa para temas de salud por los navegantes de internet. Entre otros datos, Bould estudia cómo se cita Wikipedia en la literatura científica. Es una manera de saber indirectamente si Wikipedia es fiable para los investigadores. Si lo es aparecerá entre las referencias y, si no lo es, ignorarán la enciclopedia. Los objetivos del trabajo de Bould son conocer la prevalencia de las citas de Wikipedia, qué tipo de revistas científicas aceptan artículos con citas de Wikipedia en su bibliografía y, finalmente, ver cómo se cita Wikipedia en los textos. Los datos, tomados en febrero de 2012, proceden de Scopus y de Web of Science, y las revistas de Medicina se seleccionan en MedLine, PubMed y Embase, y sus factores de impacto, correspondientes a 2011, del Journal Citation Reports. Encuentran 1433 artículos de 1008 revistas con 2049 citas de Wikipedia. No son muchos artículos con citas de Wikipedia pero llegan para hacer un primer estudio. Lo primero que detectan es que el número de citas crece con el tiempo, sobre todo a partir de diciembre de 2010. Más de la mitad de las citas de Wikipedia, y es normal ya que, después de todo, es una enciclopedia, se refieren a definiciones, con el 31.6%, y a descripciones, con el 23.5%. Las citas, a pesar de la creencia general, no aparecen solamente, y por tanto se aceptan, en revistas con factor de impacto bajo o, incluso, sin él. También algunas revistas de factor de impacto alto las publican. Por ejemplo, la media de los factores de impacto de las revistas con citas de Wikipedia es de 2.0, con los máximos en 36.6 de Nature o 31.2 de Science. Bould concluye que el mayor problema de la fiabilidad y el futuro de las citas de Wikipedia es que sus textos son temporales y cambian, o pueden cambiar, constantemente. En cambio, las fuentes y las evidencias de las que proceden estos textos de Wikipedia son permanentes y accesibles, habitualmente artículos o libros académicos. Afirman que, según esto, lo adecuado es exigir a los autores de los artículos científicos que citan entradas a Wikipedia que mencionen las fuentes originales y no las transcripciones de Wikipedia. Volvamos a la relación entre temas de salud y citas de Wikipedia con dos trabajos recientes que tratan de aspectos más concretos de la Medicina. Uno de ellos, dirigido por Garry Thomas, de la Universidad de Toronto, en Canadá, sobre la nefrología y las consultas de los pacientes sobre sus enfermedades en Wikipedia, y el segundo, de Samy Azer, de la Universidad King Saud, de Arabia Saudita, sobre los textos de Wikipedia que tratan de gastroenterología y hepatología y su utilidad para los estudiantes de Medicina. Thomas busca entradas en Wikipedia relacionadas con la nefrología, entre el 1 y el 15 de agosto de 2012, y encuentra 69 en total. Utiliza la clasificación internacional de enfermedades de la OMS conocida como "International Statistical Classification of Diseases and Related Problems (10th Edition, 2007)", y analiza el porcentaje de códigos de esta clasificación, relacionados con la nefrología, que aparecen en los 69 artículos que ha encontrado en Wikipedia. El 72% de las entradas de Wikipedia se atienen a esta clasificación de la OMS, con el máximo en las enfermedades glomerulares, con el 92%, y el mínimo en el apartado de "otras enfermedades" con el 60%. Por tanto, y con un cierto rigor, el 75% de las enfermedades del riñón aparecen en Wikipedia. El autor también explora la fiabilidad de los textos. Una cosa es que citen las enfermedades de las clasificaciones aceptadas y otra, muy distinta, es que lo hagan con fiabilidad. Para ello analiza el número de referencias que proceden de revistas con revisión por referees que se citan en cada texto de Wikipedia. El número medio de referencias que cumplen esta condición es de 7.1, con el máximo en "Cálculos renales" con 71 referencias, y 45 de ellas son de revistas con referees. El 81% de los textos de Wikipedia sobre nefrología tienen, por lo menos, una referencia a una revista con referees. Por tanto y en general, los textos de Wikipedia sobre nefrología están referenciados y, según Thomas, en principio se pueden considerar fiables. Considera el autor que los textos sobre nefrología en Wikipedia pueden ser una herramienta poderosa para la información y la educación de los pacientes. Sin embargo, hay que cuidar tanto su fiabilidad, su actualización y que sean inteligibles para los lectores. El segundo trabajo, presentado por Samy Azer, utiliza un método parecido y, en mayo de 2013, encuentra 39 entradas en Wikipedia que tratan de gastroenterología y hepatología. Para evaluarlos utiliza un examen por evaluadores externos y concluye que en los textos falta profundidad y, por tanto, no son muy útiles para los estudiantes de Medicina. Quizá, como en el trabajo de Thomas, sirvan para un público menos formado pero no para los estudiantes. Su fiabilidad, medida según el número de referencias, es, en total, de 1233 citas de artículos científicos en las 39 entradas, con un rango que va de 4 a 144, y una media de 31.6. El 28% de estas referencias vienen de revistas con referees. En conclusión, para Azer los textos de Wikipedia no son útiles para los estudiantes de Medicina. Añade, además, que no son muy fiables pues son limitados, tienen deficiencias e, incluso, errores científicos que deben revisarse. En cuanto a su legibilidad, es decir, a si son fácilmente leíbles y comprensibles, tanto Thomas como Azer destacan que no presentan una especial dificultad pues su nivel de escritura es el típico de instituto, college o, como mucho, primer año de universidad. Demos un paso más y vayamos con Robert Hasty, de la Campbell University de Buies Creek, en Carolina del Norte, a evaluar lo que dice Wikipedia sobre las diez enfermedades más costosas en Estados Unidos. Según sus estadísticas oficiales, son: enfermedades del corazón, cáncer, desórdenes mentales, daños traumáticos, osteoartritis, asma y enfermedades obstructivas pulmonares, hipertensión, diabetes, problemas en la espalda e hiperlipidemia. Los autores buscan una entrada para cada una de estas enfermedades en Wikipedia y, a la vez, una revisión sobre cada una de ellas en las revistas académicas. Dos expertos independientes comparan ambos textos a partir de los acuerdos y desacuerdos entre ellos. Los resultados son evidentes: en 9 de las 10 enfermedades, los expertos encuentran un desacuerdo significativo entre lo que se escribe en Wikipedia y lo publicado en revistas médicas; solamente hay acuerdo en daños traumáticos. Por tanto, cuidado con el uso de la información médica que aparece en Wikipedia. Sin embargo, me parece a mí, este es un estudio que merece un reanálisis por otros investigadores. Creo que es un error metodológico comparar un solo texto de Wikipedia por cada enfermedad con un solo artículo académico sobre la misma enfermedad y, además, ambos elegidos por el equipo investigador. Es un buen dato para empezar, pero hay que ampliar la base metodológica y estadística del trabajo. Sin embargo, este trabajo se hizo popular, llegó a los medios y se publicó en decenas de periódicos, revistas, radio, televisión e internet de todo el mundo. Y el titular era siempre el mismo: "Wikipedia se equivoca en 9 de cada 10 entradas de salud". Recuerden, esta afirmación es absolutamente inexacta. Wikipedia más bien se equivoca en 9 "de" 10, no de "cada" 10. En conclusión, y a falta de más investigación sobre Wikipedia, no es adecuada para citar en trabajos académicos pues es más fiable la fuente original. Siempre será una línea de trabajo interesante la que proponen Han y Chen con sus algoritmos y quedo a la espera de más resultados. No estaría mal disponer, por lo menos para algunos círculos académicos y periodísticos se me ocurre sobre la marcha, de un sistema automático de clasificación de la calidad de los textos de Wikipedia, por lo menos como análisis previo y rápido. Por otra parte, a Wikipedia le falta estabilidad lo que gana con sus actualizaciones, pero se diferencia de las publicaciones académicas en que no es constante y, además, no está revisada según los estándares académicos. Lo más aprovechable, siempre con precaución, son las definiciones y las descripciones y, añado, por experiencia propia, las biografías y, repito, siempre con un espíritu profundamente alerta y crítico. Pero este espíritu crítico, tan necesario en el manejo de internet y de la información que de allí nos llega, me parece, no se adquiere en internet sino fuera del maremágnum online. Quizá lo que uno aprende, de aquí y de allá, de este y de aquel, de lo que y quien nos marca para nuestro trabajo, es, en último término, el espíritu crítico que necesitamos y del que, a veces, incluso creo que huimos. Y un apunte final, me parece curioso que haya científicos que citen a Wikipedia en sus artículos y no a la fuente original que sirvió de base al texto de Wikipedia. Es raro. Quizá, y es una suposición personal sin ninguna evidencia, quien cita a Wikipedia es el autor "colectivo" y "anónimo" de la entrada en Wikipedia. Referencias: Azer, S. A. 2014. Evaluation of gastroenterology and hepatology articles on Wikipedia: Are they suitable as learning resources for medical students? European Journal of Gastroenterology and Hepatology 26: 155-163. Bould, M.D., E.S. Hladkowicz, A.-A.E. Pigford, L.-A. Ufholz, T. Postonogova, E. Shin & S. Boet. 2014. References that anyone can edit: review of Wikipedia citations in peer reviewed health science literature. British Medical Journal doi: 10.1136/bmj.g1585 Fitterling, L. 2014. Wikipedia: Proceed with caution. Journal of American Osteopathic Association 114: 334-.335. Han, J. & K. Chen. 2014. Ranking Wikipedia article's data quality by learning dimension distributions. International Journal of Information Quality 3(·): 207. Hasty, R.T., R.C. Garbalosa, V.A. Barbato, P.J. Valdés Jr., D.W. Powers, E. Hernández, J.S. Johu, G. Suciu, F. Qureshi, M. Popa-Radu, S. San José, N. Drexler, R. Patankar, J.R. Paz, C.W. King, H.N. Gorber, M.G. Valladares & A.A. Somji. 2014. Wikipedia vs. peer-reviewed medical literature for information about the 10 most costly medical conditions. Journal of American Osteopathic Association 114: 368-373. Thomas, G.R., L. Eng, J.F. de Wolff & S.C. Grover. 2013. An evaluation of Wikipedia as a resource for patient education in nephrology. Seminars in Dialysis 26: 159-163. Sobre el autor: Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda. The post Me fío, o no, de Wikipedia appeared first on Cuaderno de Cultura Científica. |
La cronología de la desaparición de los neandertales Posted: 25 Aug 2014 02:59 AM PDT La datación de alta precisión de materiales procedentes de 40 yacimientos arqueológicos, desde Rusia hasta España, revela que la desaparición de los neandertales de Europa se produjo hace alrededor de 40.000 años. Pero más que un reemplazamiento rápido por humanos modernos, el estudio, publicado en Nature, compone una imagen mucho más compleja, caracterizada por un mosaico biológico y cultural que duró varios miles de años. El profesor del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología Alvaro Arrizabalaga y la investigadora Ikerbasque María José Iriarte, del grupo de Prehistoria de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, son dos de los miembros del equipo internacional autor del artículo. Determinar las relaciones espaciales y temporales entre los neandertales y los primeros humanos modernos es fundamental para comprender los procesos subyacentes y las razones para la desaparición de los neandertales. Sin embargo, problemas técnicos han obstaculizado la datación fiable del periodo, ya que en muestras de más de 50.000 años se preserva demasiado poco carbono 14 como para que la tradicional datación por radiocarbono pueda ofrecer resultados precisos. Para analizar los restos óseos y de industria lítica de la cultura Musteriense y otras del Paleolítico, que han venido siendo asociadas con los neandertales, como el Chatelperroniense y el Uluzziense, el grupo de investigación dirigido por el catedrático de la Universidad de Oxford Tom Higham ha empleado un sistema depurado de procesar las muestras y datarlas utilizando espectrometría de masa con acelerador (AMS, por sus siglas en inglés), lo que permite una alta precisión en el análisis de los isótopos de carbono presentes. Los resultados sugieren que la desaparición de los neandertales y el fin de la cultura Musteriense se produjo hace entre 41.000 y 39.000 años a lo largo de yacimientos que se extienden desde el Mar Negro hasta la costa atlántica. Los hallazgos revelan, así mismo, un solapamiento entre neandertales y humanos modernos de 2.600 a 5.400 años en esta región, lo que pudo permitir intercambios culturales y genéticos entre ambos grupos. Referencia: Higham T., Rachel Wood, Christopher Bronk Ramsey, Fiona Brock, Laura Basell, Marta Camps, Alvaro Arrizabalaga, Javier Baena, Cecillio Barroso-Ruíz & Christopher Bergman & (2014). The timing and spatiotemporal patterning of Neanderthal disappearance, Nature, 512 (7514) 306-309. DOI: http://dx.doi.org/10.1038/nature13621 Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa The post La cronología de la desaparición de los neandertales appeared first on Cuaderno de Cultura Científica. |
Posted: 24 Aug 2014 03:15 AM PDT El dengue es una de las enfermedades más extendidas del mundo. Casi el 40% de la población vive en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, donde es muy fácil contraerla. Se encuentra, además, en plena expansión, pues su transmisión ha aumentado mucho, sobre todo en zonas urbanas y semiurbanas. El dengue es una infección vírica transmitida por mosquitos, principalmente de la especie Aedes aegypti. Se suelen distinguir el dengue y el dengue grave o hemorrágico. Este segundo es una modalidad mucho más peligrosa que el normal y en la actualidad es una de las principales causas de muerte infantil en América Latina y Asia. Aunque los europeos creemos estar a salvo de la enfermedad, ya ha habido transmisiones locales en Francia y en Croacia y brotes epidémicos en el sur de los Estados Unidos y de China. Además, en Asia hay otro mosquito -Aedes albopictus- que también transmite el dengue y que se ha propagado al Canadá, Estados Unidos y Europa, debido al comercio internacional de neumáticos usados y de otros productos, como el bambú, en los que le gusta reproducirse. Este mosquito es más resistente que su congénere, pues tolera temperaturas mucho más bajas que aquél y por esa razón es muy fácil que se expanda por los países occidentales. No hay vacunas ni tratamientos específicos para combatir el dengue. Precisamente por esa razón se han empezado a desarrollar estrategias alternativas. La empresa británica Oxitec ha desarrollado una variedad de Aedes aegypti cuyos machos tienen un rasgo que provoca su muerte tras uno o dos días viviendo en condiciones naturales. Ese rasgo es heredable, o sea, se transmite a la descendencia. Por ello, al reproducirse, los nuevos mosquitos también mueren en poco tiempo. El proyecto de Oxitec consiste en liberar mosquitos macho -porque no pican-, y dejar que se apareen con las hembras, que son las que pican y transmiten la enfermedad. Se trata de liberar muchos mosquitos machos transgénicos, de manera que sea mucho más probable que las hembras se apareen con mosquitos transgénicos en vez de con mosquitos normales. De esa forma, como la mayoría de los descendientes hembras morirían antes de picar a nadie y antes de poder reproducirse, las poblaciones de la especie se verían muy mermadas en poco tiempo y el número de contagios de dengue descendería mucho. Hace unos días se ha dado a conocer que el gobierno brasileño ha autorizado una prueba con esos mosquitos en una amplia zona del noreste del país, un área muy afectada por la enfermedad. Y si la prueba tiene éxito, el programa se extenderá a otras zonas del Brasil. Otros países, como Panamá pondrán en marcha próximamente iniciativas similares, y las autoridades norteamericanas valoran hacer lo propio en los Cayos de Florida. El programa piloto ha sido recibido con una gran esperanza por parte de la población afectada, algo que, sin duda, parece perfectamente comprensible. Como era de esperar, el programa brasileño no ha pasado desapercibido para ciertas organizaciones europeas y norteamericanas, que han protestado por la liberación de animales transgénicos sin que, a su juicio, se haya actuado con la debida transparencia en relación con los riesgos potenciales. Por otro lado, hay científicos que se muestran escépticos sobre las posibilidades de éxito del programa. A unos y otros, el responsable brasileño de desarrollar las pruebas piloto, Aldo Malavasi, ha dado una respuesta contundente: "el dengue es un problema en países pobres, en Latinoamérica, África y Asia; no me preocupan los europeos; no me preocupo de vosotros, gringos; lo que quiero es ayudar a la gente de África, Latinoamérica y Asia". ——————————————– Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU ————————- Este artículo fue publicado el 11/5/14 en la sección con_ciencia del diario Deia. The post Mosquitos transgénicos appeared first on Cuaderno de Cultura Científica. |
Email delivery powered by Google |
No hay comentarios:
Publicar un comentario